He observado que no es raro que las personas que trabajan en puestos de supervisión no puedan identificar la existencia de diferencias entre un gerente y un líder, vamos a conocer las 5 habilidades que todos debe a tener. Está claro que estos dos perfiles de profesionales comparten una serie de actividades cotidianas comunes, pero no se puede perder de vista que ejercer el liderazgo es algo bastante diferente a ocupar una posición de liderazgo en una organización.
Las relaciones laborales han sufrido muchos cambios en los últimos años y cada vez es más necesario tener más que autoridad para motivar a un equipo y asegurar buenos resultados. Es necesario inspirar a los empleados a través de actitudes y buenos ejemplos, siendo respetados por sus subordinados no solo por el puesto que ocupan, sino, sobre todo, por lo profesionales que son.
En este artículo, enumeraré cinco habilidades que todo líder debe tener. Entonces, si quieres saber más sobre este tema, lee la publicación hasta el final.
Después de todo, ¿qué significa ser líder?
Un líder es una persona que puede hacer que los empleados quieran hacer lo necesario para el bien de la organización de buena gana, sin necesidad de recibir órdenes. Esto sucede principalmente a través de buenos ejemplos.
El liderazgo no se basa en la autoridad o el miedo, sino en la confianza y el respeto que se ganan a través de una buena relación con todo el equipo.
Dado que el líder involucra a las personas a través de la influencia que tiene sobre ellas, no hay necesidad de imponerse por el poder.
Quienes ejercen el liderazgo deben tener la capacidad de conciliar distintos puntos de vista, aunque sean contrarios a los propios, aportando consensos para la consecución de los objetivos de la empresa.
El líder también es capaz de identificar fallas en los procesos de trabajo y dificultades que enfrenta el equipo, lo que indica buenas soluciones. En base a eso, proporciona retroalimentación, estimulando la superación de las personas y evitando que los errores se repitan.
Por otra parte, el liderazgo no se ejerce de una manera que demuestra la superioridad, por el contrario, el buen líder no se pone por encima de sus seguidores, pero camina de lado a lado con ellos, compartiendo con todo el equipo para el reconocimiento de los resultados obtenidos buenos.
Las 5 habilidades necesarias para un buen líder
Reflexionando sobre lo dicho anteriormente, podemos concluir que hoy en día las empresas no necesitan gerentes que sean vistos como jefes empoderados, que solo transmiten órdenes, culpan a las personas de los errores y se toman el prestigio por buenos resultados.
De hecho, las organizaciones necesitan la figura de líderes que utilicen sus habilidades para involucrar a su equipo con el fin de lograr un determinado objetivo y así llegar a donde quieren.
Consulte la lista de las principales habilidades necesarias para ejercer un buen liderazgo:
1. Tener buena comunicacion
La comunicación es la forma en que el líder transmite lo que piensa, lo que siente y lo que quiere que se haga a los demás miembros del equipo. Por lo tanto, debe ser impecable para evitar futuros malentendidos o dolores de cabeza.
La comunicación eficiente asegura que el mensaje transmitido llegue a todos de manera eficiente, permitiendo su circulación de manera clara y proporcionando fructíferos intercambios de opiniones y perspectivas.
De esta manera, saber expresarse es una habilidad fundamental para un buen líder, lo que significa que debe tener la competencia para transmitir información de manera clara y precisa, sin margen para generar malas interpretaciones de lo que dice.
También es importante decir que la comunicación es una vía de doble sentido, por lo que no basta con hablar bien. Escuchar atentamente a las personas con las que trabaja para comprender mejor lo que debe mejorarse también es parte de esto.
2. Sea humano y motívese con el ejemplo
Para un liderazgo exitoso, es importante que la gente lo vea como un ejemplo a seguir, como una persona que transmite respeto y confianza, además de demostrar un conocimiento sólido en su área de especialización.
Por eso, aunque trabajes con un equipo formado por profesionales de diferentes segmentos, estudia para entender un poco el área de cada uno de ellos. Esto hace que la conversación con estos especialistas sea más productiva, al tiempo que le brinda una visión integral de todo el proceso.
Llegue a tiempo, cumpla con los plazos y respete la política de la empresa. Ningún empleado lo respetará cuando se queje de un retraso si llega tarde todos los días. Puede que ni siquiera te diga que, después de todo, estás en una posición de liderazgo, pero el respeto es otra cosa.
A pesar de todo eso, sé humano. Trate de comprender que la gente tiene problemas. Por lo tanto, vale la pena analizar a un empleado no por un momento o por una fase, sino por su historial desde que trabaja contigo. Todo el mundo tiene altibajos, y si puedes sacarle el mejor resultado a alguien que está en una fase difícil, ¡esa persona te estará eternamente agradecida!
3. Tener planificación estratégica
Para coordinar los procesos de trabajo y las personas, la organización es necesaria. Sin esto, incluso si hay buena voluntad y disposición, todo puede ir mal. La planificación es lo que brinda el apoyo adecuado para lograr resultados.
La planificación estratégica debe abarcar los objetivos a alcanzar, el cronograma de trabajo, los costos, los riesgos, la forma en que se moviliza el equipo y el seguimiento de la ejecución de las actividades.
Todo esto significa que no pierde tiempo en acciones innecesarias, desperdiciando así recursos y energía. Y, si algo no sale según lo planeado, tienes margen para intervenir sin afectar el resultado final.
4. Saber gestionar los conflictos
Cuando se trata de la convivencia entre seres humanos, las situaciones de conflicto se vuelven casi inevitables y esto puede considerarse normal, ya que miramos los hechos desde diferentes ángulos, divergiendo así desde el punto de vista.
Sin embargo, en estas ocasiones, el líder debe actuar para resolver el desacuerdo, presentando la mejor solución para la empresa, para que ambas partes se sientan motivadas a luchar por el bien común.
Hay una serie de estrategias que puede utilizar para manejar los conflictos, incluido tomarse un descanso para que las partes se calmen, tratar a los involucrados de manera justa e identificar la causa raíz del problema. Más adelante dedicaré un post exclusivamente a este tema y podremos explorarlo más.
5. Ser proactivo
Quien ocupa una posición de liderazgo debe anticiparse siempre a las situaciones que se presenten, lo que asegura que no haya cuellos de botella que obstaculicen o retrasen el avance de la obra. No se trata de ser paranoico ni de sufrir en anticipación, sino de tener una visión más amplia del escenario, lo que permite prever algunos escenarios y prepararse para ellos, estableciendo, por ejemplo, prioridades.
Alguien que sea proactivo le muestra al equipo que la misma tarea no siempre debe realizarse de la misma manera, lo que necesariamente significará que el resultado logrado tampoco es el mismo. Un profesional así siempre está encontrando formas de guiar al equipo para que entregue lo mejor, haciendo que rinda más y más.
Este comportamiento es importante no solo porque ayuda a gestionar los recursos con más conciencia, sino también porque permite extraer del empleado lo más relevante, ayudándole a ser un profesional más completo y seguro de sus competencias.
Tengo años de experiencia y sigo aprendiendo mucho cada día, no solo del mercado, ya que la tecnología está en constante evolución, sino también de los profesionales que me rodean. Entonces, si puedo darte algún consejo, sin duda sería que, además de reunir estas 5 habilidades que he enumerado, sigues siendo humilde, porque esa es la única forma en que seguirás aprendiendo más y más. ¡Hasta la próxima!